lunes, 18 de abril de 2011

Anhelo en Día 103


"Ojalá se pudiera captar sentimientos, de igual modo que se hace una fotografía para el recuerdo y un vídeo, que no es más que miles de fotos juntas, y poder reproducirlos cuando lo anheláramos, porque una fotografía te puede hacer recordar un sentimiento hacia alguien, simplemente con ver la ropa, su color, el pelo, el lugar... y un vídeo puede incluso hacerte ver y oír la más bonita de las sonrisas y la más tierna de las miradas, pero ¿qué hay de esos momentos que tan solo existen en la memoria? Esos se van olvidando, y lo primero que el olvido se lleva es el sentimiento: puedes seguir recordando al cabo de muchos años ese momento especial en el que te cogieron la mano justo en el momento en el que te miraba y resoplaba, como queriendo pero no pudiendo; puedes recordar el momento en el que te armas de valor para decirle lo que sientes a alguien; puedes incluso recordar tu primer beso... pero, ¿puedes recordar lo que sentías, todos esos pensamientos que cruzan tu mente en una fracción de segundo, en ese preciso instante, y que luego más tarde desearías haber dicho o hecho? Yo al menos no.
Los únicos sentimientos que me quedan son el recíproco existente, ese que jamás se extinguirá, o al menos eso espero, y ese cosquilleo en el estómago que te quita la respiración de golpe, ese que nace cuando, por sorpresa, te encuentras con "esa persona especial" y se acelera el corazón, sientes como quiere escapar, salir corriendo, hacia la persona o en dirección contraria... y sabéis, antes era emocionante sentirlo, pero ahora ya no. Lo odio. No lo quiero. Y aún así, lo vivo todos los días. En cada risa, cada mirada, cada vez que levanto la cabeza o doblo una esquina, cuando nos cruzamos, con el eco de un nombre... ¿Por qué cuando queremos olvidar algo o a alguien, todo cobra su nombre? ¿Por qué no puede desaparecer sin más?"
El 13 de febrero dije...
Me encuentro solo, aquí, de nuevo, escribiendo, dudando a cada instante cuál fue el origen de todo esto y por qué tuvo que acabar así. Ya no siento nada. Ni odio ni amor. ¿Para qué seguir así entonces? No recuerdo que sentí, si rabia, dolor, complicidad o ganas de morir, pero sí recuerdo que lo hice, que pasó y que me lo dije bien claro, me lo hice prometer: "Nunca más." Y eso es lo que voy a seguir haciendo, aunque no sepa ya por qué...
Hoy diría, que a pesar de que se diga que lo perecedero no puede volver a la vida, yo creo que hay cosas que sí pueden: un sentimiento, por ejemplo, como el que aquí, en mi mente, y no en mi corazón, habita y habitará -espero- no por mucho tiempo más.
Día 103

3 comentarios:

  1. ¿Por qué cuentas los días? ¿Algún hecho en especial? Yo creo que lamentablemente todo se olvida en esta vida... Hasta lo más vital para tí...

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  2. Cuento los días para saber qué estoy haciendo y por cuanto tiempo. ¿Crees que podría no ser especial el hecho? Y aunque no lo sea, nosotros hacemos que lo parezca, e incluso que lo sea.
    Yo no creo que todo se olvide, o al menos no quiero creerlo. No me gusta olvidar. Ojalá me acuerde de muchas cosas que son vitales para mi, al menos ahora, y pueda recordar aunque sea vagamente los hechos "importantes".

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  3. No creo que todo se olvide.
    Hay cosas que se recuerdan ya sea por su importancia o porque simplemente las recordamos y no se olvida.

    Alber, los 2 primer párrafos, los has escrito antes en otro sitio¿? Recuerdo haberlo leído o algo...

    Sabes, hubo un tiempo en el que yo también conté los días... Finalmente no fue una cuenta agradable.
    Pero no todas son iguales...

    Me ha llamado la atención cuando has dicho al final "como el que aquí, en mi mente, y no en mi corazón"
    Pretendes darle un toque objetivo o qué ¿? No termino de entenderlo, a pesar de que se supone que los recuerdos son almacenados ahí. Espero que entiendas mi duda. xD

    (L)

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