viernes, 30 de octubre de 2015

Un día espléndido.

Bienvenidos de nuevo a mi blog. Me sentía tristemente afectado por varios hechos que acaecen por desgracia en el mundo. El impulso de escribir cuando guardas algo que deseas contar es cada vez mayor cuando pasan los días, sobre todo si nadie parece dispuesto a escuchar todo lo que tienes que decir. Comienzas a necesitar lanzar un grito, a ensuciar los papeles de borradores que no tienen éxito y, finalmente, a divagar sobre la cuestión que te aflige y no te deja ni dormitar. Y el resultado final es lo que dejo a vuestra disposición para que lo leáis. O no. Eso no me incumbe, aunque espero que sí lo hagáis algunos. Ante todo, gracias por leer.

>> Un día espléndido

Hacía un día espléndido. El cielo vestía un azul afable, de esos que te hacen pensar embobado durante horas y horas, y no se veía en él ni rastro de una sola nube. El sol daba luz sobre todo el prado que había justo detrás de casa desde hacía ya un par de horas, empezaba a darnos calor primaveral con bastante generosidad. Pronto, después de coger energías con el desayuno, nos pondríamos a jugar y a ser felices, como a los niños nos gustaba ser. Mejor dicho, como solo los niños sabíamos ser. Y es una lástima que se pierda con los años este pequeño gran don, pues no importaba realmente si [...] Sigue leyendo aquí.

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