martes, 6 de marzo de 2012

Historia sobre una obsesión

"Lo descubrió. Lo supo desde su decimosexto cumpleaños. Lo deseó justo antes de soplar las dos velas que se consumían en el centro de aquel pastel casero, recubierto de nata y caramelo. "Que el mundo se detenga", pensó con los ojos cerrados, aspirando el aroma del humo que producía el consumir de la cera; y después sopló, pero ninguna vela se apagó, pero tampoco se derretían, consumidas por un fuego que no avanzaba, que permanecía inmóvil. No corría ni una sola brisa de aire a su alrededor, ni respiraban sus familiares. Su hermana miraba fijamente la tarta mientras se preparaba para aplaudir, su hermano parecía distraído, el flash de la cámara de fotos de su padre se retrasaba y su madre, sonriendo, sostenía el cuchillo en una mano. Los pájaros dejaron de cantar, el telediario dejó de dar las noticias, una gota de cera flotaba por encima de la superficie de caramelo, a punto de estrellarse. Nada se movía, ni siquiera la sangre a través de las venas. El mundo se detuvo ante sus ojos, y no pudo hacer otra cosa que sonreír. Cuando hubo pensado en cómo volver a la normalidad, todo había comenzado a cobrar vida de nuevo, y sopló las velas sin problemas, esta vez para apagarlas." [...]

Es sólo el principio. ¿Quieres seguir leyendo?>> Obsesionado
Espero que os guste.

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