domingo, 5 de febrero de 2012

El Balance

Hay tantos tipos de pérdidas... Físicas, mentales, de memoria, vitales, de personas y/o cosas... La lista tiende a infinito, dependiendo de lo que cada uno valore como "suyo", o lo perdible que sea.

Llevo tiempo queriendo hablar del balance anual. Nunca me he detenido a pensar si un año había sido mejor o peor, sino que lo hacía cada día, sobre ese mismo día. Ahora he perdido la costumbre de hacer lo segundo, y realmente no pienso en muchas otras cosas más que no sea lo primero, últimamente. Sinceramente, he estado vete tú a saber cuantos años debajo de un diminuto y oscuro cubo, sin ver la luz por ningún lado. De vez en cuando ésta se colaba por debajo, pero no eran más que ilusiones. Decía estar hace ya más de un año en una autovía con una única salida a 365 días de distancia, y la salida ya ha sido tomada. ¿Estoy fuera de peligro, pues? No. Nunca se está. Siguen preguntando, y sigue apareciendo, a veces de sorpresa, sin guión. Pero ya no quepo en el cubo, o al menos eso espero. Por ello tiendo a pensar en lo que me ha llevado hasta aquí, las decisiones, los errores, las pérdidas...

Ser feliz, el objetivo de mucha gente, pues hay quien desea hacer feliz y otros que se confunden con el término. Mi objetivo era serlo también, y para ello me vi obligado a tomar una decisión. Alguien me cantaba aquello de "Hello, I love you"-♫, y no podía seguir así. ¿Si alguna vez me puse en el lado de la otra persona? No. Lo que hice fue ponerme en mi lado, pues la decisión primeramente la hice por ella, y luego descubrí que podía ser feliz con ello. E ignoro totalmente si desconoce el mundo la verdad, o si soy yo el que anda confundido y en paralelo, pues ni me importa, ni me importó entonces. Es una decisión de la cual no me arrepiento. Ignoro a su vez si se encuentra entre vosotros. Es algo que creo no haber necesitado nunca. Pero si la pregunta es si me arrepiento de estar ahora en esta situación... no sabría decir si la cura es efectiva en presencia de la enfermedad, no sé si soy tan grande como para que no me encierre el cubo, aunque sólo sea por poco tiempo. Ojalá todo hubiera sido distinto, es todo lo que tengo que decir.

Alcanzado este punto, cabe mencionar con creces toda la ayuda. Los días que conforman un año pasados no hubieran sido lo que han llegado a ser sin la ayuda de unos pocos, pero grandes. Gracias es lo que queda por decir. Y un lo siento. Pues sí, no me arrepiento de la pérdida anterior, pero hay pérdidas que parecen ser irrecuperables, que podrían haberse podido evitar con un poco de sinceridad, claridad y dando la cara. Pero no diré nada más, tan sólo gracias, y lo siento.

Por supuesto, el hecho de viajar por el mundo (Italia e Inglaterra, en mi caso), una de las cosas que más me gustaría llevar a cabo, y conocer a tantas personas nuevas, con el desconocimiento de precedentes, supuso un gran cambio en mi manera de ver las cosas. Los de siempre son los de siempre, y no los cambiaría por nada, pero realmente, volver a ver sonreír a alguien, empezar de nuevo con un guión que dejó de funcionar hacía ya tiempo, es algo que me gratifica mucho. Y esa es la autovía de la que hablaba, de la que hablé hace más de un año, y de su salida, la lejanía, lo desconocido, la universidad, la rotura de la rutina, la distancia de aquella primera pérdida.

Sé que el balance ha llegado un poco tarde, a un mes del nuevo año... pero, ¿qué es un año? No es más que lo que nosotros llamamos como "año", al fin y al cabo, pues el tiempo no existe, sino aquello que usamos y nombramos como tal. Y en resumen, fue un año de escalada, sí, duro, sobretodo la primera mitad, pero satisfactorio. Hacía tiempo que no reía de verdad, y hacía reír. Hacía tiempo que había dejado de sentirme implicado. Y por otra parte he perdido, porque hay gente que cuenta felizmente los días que está con una persona, y otros que contamos las veces que no pronunciamos su nombre, ni las veces que ahogamos nuestra voz para con esa persona. Pero qué más da. Más de seis mil millones tienen probabilidades de ser iguales. Uno más... yo... tampoco sé qué padecen, y me siento culpable por ello, por escribir todo esto. Y aquí llego a mi conclusión del balance, y es que el blog fue una especia de necesidad, de parche para un vacío, un dolor, un deseo eterno insatisfecho, pero... ¿Me es necesario seguir con él?

No hay comentarios:

Publicar un comentario